La Virgen del Castillo visita Arribes entre Viriatos

Un gran número de romeros de los pueblos del municipio de Fariza participa de la tradicional romería

El municipio de Fariza celebró ayer la tradicional romería de la Virgen del Castillo donde los habitantes de los pueblos de Fariza, Mámoles, Palazuelo, Cozcurrita, Tudera, Badilla y Zafara arroparon en gran hermanamiento a la patrona del lugar con sus respectivos pendones, los Viriatos, y estandartes.

Un tiempo de calor justiciero sometió a los romeros a un esfuerzo extraordinario y a buscar la sombra en gorras, sombreros y paraguas, no obstante, la marcha por un escenario arribeño de gran atractivo natural y paisajístico confiere a la celebración un plus de gratas sensaciones que vienen a sumarse a las religiosas.

La jornada se inició con el recibimiento de los romeros de Fariza a las diferentes comitivas, procedentes de Mámoles y Palazuelo; de Cozcurrita, Badilla y Argañín, y de Tudera y Zafara. Este acto culmina con la degustación de vino y escabeche en una atmósfera animada por las música desgranada por los folcloristas, que da paso a la celebración de la misa en la iglesia parroquial de San Julián.

Es partir de las 17.00 horas cuando el conjunto de romeros parte con sus respectivos Viriatos y enseñas, y la imagen de la Virgen del Castillo, hacia la ermita enclavada en todo un mirador de Arribes. Por el hecho de ir «motorizada» y acompañada de gran música, que apenas si deja oír la voz sacerdotal, se optó por celebrar el rosario en el templo. Luego cada pueblo se suma en una merienda campera que se disfruta con ganas. Tras dejar la Virgen del Castilla y la denominada «pendona» en la ermita, las participantes toman el camino de regreso haciendo las despedidas en los pertinentes cruces de caminos. Ayer hubo una cierta expectación por ver la desenvoltura del sacerdote cuando echó mano al pendón. Un momento especial radicó en el concurso del baile del pendón, que contó con sus respectivos premios. La jornada finalizó con el ambiente musical en la plaza de la iglesia.

Fuente: La Opinión de Zamora