Campos – Pan

 

 

La Iglesia de La Hiniesta muestra el pórtico de Santa María la Real, uno de los más bellos ejemplos del gótico zamorano. Destacan de ella, por su belleza, la portada y el atrio meridional, de la época de los Reyes Católicos. El interior del pórtico está cubierto por una bóveda de crucería, cuyos nervios se apoyan en ménsulas lisas. En el interior destacan tres imágenes de piedra de la Virgen embarazada, el arcángel San Gabriel y la Virgen con el niño en brazos.

Cerca de San Cebrián de Castro, junto a la carretera Nacional 630, se encuentran las ruinas de la fortaleza de Castrotorafe, que nació a los pies del río Esla en el siglo XI. En el siglo XV, Castrotorafe se podía comparar en importancia a ciudades como Zamora, Benavente o Toro. Se conservan sus lienzos de muralla, construidos con mampostería pizarrosa y mortero, lo que apunta la solidez defensiva de lo que fue una fortaleza en tierras fronterizas. Castrotorafe fue destruida y poblada en varias ocasiones hasta llegar a su abandono definitivo en el siglo XVIII. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931, mientras que el castillo es Bien de Interés Cultural desde 1949.

A orillas del río Valderaduey, la iglesia parroquial de Molacillos constituye un ejemplo único del barroco levantino en tierras zamoranas.

 

Uno de los más bellos y magníficos monasterios cistercienses de la provincia de Zamora, es el Monasterio de Moreruela, en el municipio de Granja de Moreruela. El monasterio conserva el porte de la imponente abadía cisterciense mandada construir por Alfonso VII. Construido a finales del siglo XII es de estilo románico con elementos de transición al gótico. La cabecera es la parte más grandiosa del conjunto, formada por una superposición de niveles: absidiolos, girola poligonal y el ábside central. El monasterio ha experimentado una de las obras de restauración más importantes de la provincia en los últimos años.

 

La gran riqueza histórica del municipio de Villalpando se evidencia en varios monumentos: restos de las imponentes murallas y fortificaciones, de las que se conservan dos de las puertas monumentales, la de San Andrés (conocida como Puerta de la Villa) y la de Santiago, así como el castillo de los Velasco.

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