Naturaleza

NATURALEZA

La situación geográfica de Zamora da lugar a una naturaleza perfecta llena de contrastes con una gran variedad de paisajes gracias a la diversidad de los territorios que conforman sus comarcas, ninguna de las cuales se parecen entre sí, aunque unas complementan a las otras.

Las características dispares de sus espacios naturales, algunos de ellos aún desconocidos, hacen de la provincia de Zamora un referente en el patrimonio natural y un lugar perfecto para experimentar nuevas sensaciones.

En el Oeste destacan Sayago, Aliste y Sanabria y en frente en la otra mitad Este de la provincia, Benavente y los Valles, la Tierra de Campos y del Pan y el Duero Bajo, que integran las comarcas de Toro, Guareña y Tierra del Vino.

Sanabria

Comenzando por el Noroeste, Sanabria delimita León con la sierra Cabrera y Orense con la de La Calva, acoge un sistema de lagunas y lagos de origen glacial, con el Lago de Sanabria a la cabeza. Sierras y más sierras ofrece la orografía sanabresa sin olvidar la que contiene los picos más elevados y la mayor cantidad de nieve durante todo el año: la Sierra Segundera. La sierra de la Atalaya da paso a la Sierra de la Culebra para adentrase en Aliste, con una topografía ondulada cubierta de matorrales, donde abundan los bosques de encinas, robles y castaños que dan cobijo a la población de lobos más densa de la Península. El río Aliste atraviesa la comarca y la llena de numerosos afluentes de aguas cristalinas incontaminadas en cuyas riberas se asientan pequeños pueblos pintorescos. Sayago, paisaje granítico sobre una tierra llana delimitada al Norte por el río Duero que la separa de Aliste y que al oeste, en su frontera natural con Portugal, conforma un profundo y larguísimo cañón esculpido por el río en una masa granítica que son los conocidos Arribes del Duero, en cuyas agrestes laderas se cobija una muestra importante de la fauna provincial. Encinares y peñascos se mezclan con cultivos muy poco frecuentes por esta provincia como el olivo o los frutales.

Al Noreste los Valles Benaventanos, de suave y ondulada topografía .Fértiles tierras regadas por los ríos Tera, Orbigo, Eria y el Cea. Cuatro valles dividen estas tierras; por el norte, el de Vidriales, más abajo el de Tera, húmedo y pantanosos, al Sur el de Valverde y al Oeste el del Eria. El río Cea sirve de límite con la Tierra de Campos donde el cereal es el dueño de la llanura. Las masas forestales son pocas y el único río que atraviesa la comarca es el Valderaduey que en invierno aumenta considerablemente su caudal. Esta comarca acoge las Lagunas de Villafáfila, punto de gran Arribes del Duero importancia para miles de aves acuáticas que aquí se dan cita en sus viajes migratorios. Finalmente en el Sureste, las comarcas de Toro, Vino y Guareña, donde el rio Guareña llena esta región de arroyos, y el viñedo se convierte en el principal protagonista del paisaje.

Al Noreste los Valles Benaventanos, de suave y ondulada topografía .Fértiles tierras regadas por los ríos Tera, Orbigo, Eria y el Cea. Cuatro valles dividen estas tierras; por el norte, el de Vidriales, más abajo el de Tera, húmedo y pantanosos, al Sur el de Valverde y al Oeste el del Eria. El río Cea sirve de límite con la Tierra de Campos donde el cereal es el dueño de la llanura. Las masas forestales son pocas y el único río que atraviesa la comarca es el Valderaduey que en invierno aumenta considerablemente su caudal. Esta comarca acoge las Lagunas de Villafáfila, punto de gran importancia para miles de aves acuáticas que aquí se dan cita en sus viajes migratorios. Finalmente en el Sureste, las comarcas de Toro, Vino y Guareña, donde el rio Guareña llena esta región de arroyos, y el viñedo se convierte en el principal protagonista del paisaje.